“VIENEN POR EL RESTO”
Hace
aproximadamente 500 años la explotación aurífera española sobre nuestro
territorio marcó el camino del empobrecimiento y la destrucción de América;
desde entonces no ha parado la explotación de los recursos naturales en
Colombia.
Aproximadamente 8 años Policarpa soportó la
asonada más dura de la historia cuando los verdes campos y especialmente las
riveras de los fuentes hídricas se revistieron de la mata que calmó el hambre a
todas las familias policarpenses porque directa o indirectamente nos dio trabajo,
pero acabamos con especies animales y vegetales, envenenamos los alimentos,
empeoramos la salud, deterioramos la fertilidad del suelo y acabamos con la
“paz” y la tranquilidad que disfrutábamos en los campos; pero hoy comienza en
Policarpa la arremetida contra la vida que no tiene precedentes en la historia
destructiva del medio ambiente:
“la explotación minera”.
Si
la vez pasada nos dejaron pobres cuando sólo utilizaron la fuerza bruta de
nuestros antepasados, ¿cómo quedaremos ahora con la ayuda de la ciencia, la
tecnología y la complicidad del gobierno? Simplemente,
vienen por el resto.
A
través de los tratados internacionales, las multinacionales en asocio con
algunos capitalistas nacionales, han logrado que el lacayo gobierno nacional
autorice entrar a nuestros municipios bajo el argumento que el estado es dueño
del subsuelo y que por lo tanto puede disponer de él, desconociendo que quienes
vivimos sobre él, hemos construido nuestra vida, nuestros sueños y nuestras esperanzas con sudor, lágrimas
y sangre; pero para el gobierno no importa eso y muy pronto, si no actuamos ya,
miraremos rodar nuestros cultivos, desviar y desaparecer ríos, quebradas y
selvas; miraremos que nuestros hijos nacen con malformaciones producto de los
residuos químicos; a más de nacer enfermos, tendrán una alimentación escasa y
de mala calidad, pues los suelos acabarán de perder su fertilidad; los mineros artesanos ya no tendrán en la
batea la esperanza del sustento diario y
el Bajo Patía ya no disfrutará del coqueteo de las aves bajo sus
románticas palmeras
Recordemos que esta actividad no es iniciativa
del alcalde y que tampoco es tarea solamente de él; esta es tarea de todos. Del
gobierno no podemos esperar ayuda; pues los países están bajo la solvencia
económica del Banco Mundial y éste es el mayor prestamista de las
multinacionales, como es el caso de La Montana a quien el banco la patrocinó
con 870’000.000 de dólares.
No
es raro que las compañías lleguen ofreciendo buenas garantías a las
comunidades, pero eso se desmiente cuando entran en su propio transporte,
llevan su mercado y la mano de obra que
utilizan de la zona es mínima; sólo tendremos que conformarnos con el arriendo
de nuestras fincas mientras esperamos que nos devuelvan las piedras y socavones
a cambio de nuestros cultivos, fuentes hídricas y bellezas naturales como La
Herradura. Así que vayan guardando la foto para el baúl de los recuerdos.
En
nuestro caso, la empresa que está adelantando estudios es la misma que está
operando en Los Andes Sotomayor, Cumbitara y La Llanada y que ya notificaron de
su presencia a personería y a algunas escuelas como La Toldada. La compañía es:
ANGLOGOLD ASHANTI COLOMBIA Greenfields
Exploration Americas
Av. Calle 16 N° 7-15
Piso 8 Edif. Cusezar-
Bogotá D.C. juribeh@anglogoldashanti.com;
Celular:
3122037793, 3206800688. Gerente: Julio César Uribe Hermocillo.
Invito
a los compañeros docentes, a población civil y a todas las autoridades que
estemos a la vanguardia para defender nuestros derechos y que no seamos
nosotros los que tengamos que contar
nuestros propios testimonios.
"Entre Mares" tiene
"secos" a 40 mil habitantes del
Valle de Siria –Honduras.
Entre Mares es una empresa minera que operó en Honduras
y que hoy sus habitantes relatan su propio drama:
Ana Julia
Vaca, una pobladora del Valle de Siria, recuerda que al principio les
prometieron cuadernos, lápices y borradores, les dijeron que construirían
puentes, parques, viviendas, escuelas, centros de salud y hospitales. Con el
paso del tiempo, todo quedó en el olvido. Sólo han recibido migajas, teñidas
del dolor y la sangre del gran banquete que beneficia a los empresarios
mineros.
“El
primer derecho que se nos violó es que esta mina arrasó con nuestra comunidad.
Esa experiencia no la olvido: el sufrimiento de ver cómo fue destruida la
comunidad de mis bisabuelos, mis abuelos y mis padres. Había vivido aquí 38
años”,.. Los sacaron de allí por la fuerza, recuerda Arteaga.
“Hoy, las tierras y el pasto cercano a las zonas donde funciona la mina también están contaminados. Contaminado también el ganado, su carne y su leche. Y contaminados el queso, la mantequilla y el requesón. Contaminada el agua se contamina todo. Las mujeres y los niños nos enfermamos más…”
“Hoy, las tierras y el pasto cercano a las zonas donde funciona la mina también están contaminados. Contaminado también el ganado, su carne y su leche. Y contaminados el queso, la mantequilla y el requesón. Contaminada el agua se contamina todo. Las mujeres y los niños nos enfermamos más…”
Juan Almendarez, un médico que conoce desde hace ocho años los problemas de salud de la población del Valle de Siria, hace un recuento de las enfermedades que ha ocasionado la contaminación de aguas y suelos con metales pesados, como el plomo, el cianuro y el arsénico: dolencias de la piel, enfermedades nerviosas, escaso crecimiento en niñas y niños, problemas de la vista, enfermedades respiratorias, leucemia, anemia… “Era una muerte anunciada”
Etelberto
Ibarra Cabrera.
Docente C. E. Campo Alegre –
Policarpa- Nariño.
Celular:
3122845691.
Policarpa
La actual Policarpa fue poblada antes de la llegada de los españoles por
dos grupos indígenas, los Chapanchicas y los Sindaguas. Los primeros
vivieron en un periodo de desarrollo correspondiente al Pre – Arcaico y
por ende eran tribus concheras, como la demuestran los restos
arqueológicos por ellos dejados; mientras tanto los Sindaguas lograron
un nivel de desarrollo que los ubicó arqueológicamente en el Arcaico y a
pesar de que eran tribus guerreras se ubicaron a las orillas del río
Patía en donde se dedicaron en un comienzo a la horticultura y después a
la agricultura. A raíz de que el mencionado río es rico en oro, los
Sindaguas lo obtenían con un método parecido al mazamorreo y lo
trabajaban empleando el sistema de laminado, con el que produjeron
hermosas piezas orfebres y que actualmente se exhiben en los museos de
la ciudad de San Juan de Pasto (Museo del oro del Banco de la República)
y de la capital del hermano país del Ecuador, quito (Museo del Banco
Central). Este hecho ha permitido demostrar que los indígenas Sindaguas
tuvieron nexos comerciales con la cultura Piartal la cual pobló a gran
parte de la zona andina Nariñense llegando hasta la ciudad Ecuatoriana
de Tulcán a través de los invasores incas, quienes denominaron
“TUNKAHUAN” (palabra quechua que significa: Pueblo que vive entre
montañas) a la región en donde habitaron aquellos indígenas indómitos.
Durante la época del dominio español, los Sindaguas se sublevaron contra ese dominio, hecho que culminó con el CASTIGO de los principales cabecillas o representante de aquella raza guerrera, formándose así la región del Castigo, sitio donde se acabaron las últimas ilusiones realistas de Colombia y de América con la derrota de Agustín Agualongo y en donde acontecieron hechos bélicos de notable importancia durante la “Guerra de los Mil días”.
Algunos historiadores coinciden – entre ellos, José Rafael Sañudo – de que en los primeros días de la conquista de Nariño, se fundó en el año de 1542 la ciudad de Madrigales por orden de Don Sebastián de Belalcázar, en la orilla del río Patía y específicamente en el sitio conocido como Nachao y en donde se ubica actualmente el Corregimiento de El Ejido, sitio en donde se hallan los antiguos cimientos de las casas y fue el visitador Thomas López quien en el año de 1558 aconsejó a sus habitantes trasladarse a un sitio que tuviera mejores condiciones para vivir y por ello se decidió ubicar al joven poblado en Madrigales, sitio redescubierto por el explorador nariñense Juan Pablo Guerrero en 1876. En lo referente al casco urbano de Policarpa, parece que se pobló con gente que alguna vez se refugió en el Castigo y que en las primeras décadas del actual siglo, el inspector Melchor Guerra trasladó la población al sitio denominado como “Casa Fría”, cerca de Chita.
Durante la época del dominio español, los Sindaguas se sublevaron contra ese dominio, hecho que culminó con el CASTIGO de los principales cabecillas o representante de aquella raza guerrera, formándose así la región del Castigo, sitio donde se acabaron las últimas ilusiones realistas de Colombia y de América con la derrota de Agustín Agualongo y en donde acontecieron hechos bélicos de notable importancia durante la “Guerra de los Mil días”.
Algunos historiadores coinciden – entre ellos, José Rafael Sañudo – de que en los primeros días de la conquista de Nariño, se fundó en el año de 1542 la ciudad de Madrigales por orden de Don Sebastián de Belalcázar, en la orilla del río Patía y específicamente en el sitio conocido como Nachao y en donde se ubica actualmente el Corregimiento de El Ejido, sitio en donde se hallan los antiguos cimientos de las casas y fue el visitador Thomas López quien en el año de 1558 aconsejó a sus habitantes trasladarse a un sitio que tuviera mejores condiciones para vivir y por ello se decidió ubicar al joven poblado en Madrigales, sitio redescubierto por el explorador nariñense Juan Pablo Guerrero en 1876. En lo referente al casco urbano de Policarpa, parece que se pobló con gente que alguna vez se refugió en el Castigo y que en las primeras décadas del actual siglo, el inspector Melchor Guerra trasladó la población al sitio denominado como “Casa Fría”, cerca de Chita.
Tomado de http://policarpa-narino.gov.co
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